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El conjunto de medidas acordadas con el Fondo solo pretende un resultado muy modesto: evitar un mayor deterioro del desequilibrio macroeconómico. No toma en cuenta cómo resolver el largo crepúsculo económico de nuestro país o la estanflación instalada desde 2011.
Pero ante la posibilidad de un mayor agravamiento el acuerdo con el FMI fue aceptado por la coalición de gobierno. Ante el serio problema, hubo incluso un cambio sensato en las relaciones con Estados Unidos.
Pero, ya parecería que los 100 días que le había concedido la vicepresidente a Massa se terminaron y han reaparecido las discrepancias
Las medidas tomadas por Massa fueron sensatas y generaron alivio de corto plazo. Las ha tomado a sabiendas que complicarán el manejo macroeconómico futuro. Descomprimieron la tensión cambiaria de julio cuando los dólares libres subieron y el riesgo país llegó a 2700 puntos.
También permitieron cumplir con los compromisos con el FMI del 30 de septiembre y seguramente también las del 30 de diciembre. Ese cumplimiento asegura los desembolsos del FMI hasta marzo de 2023 de U$S6,255 millones en diciembre y U$S5,559 millones en marzo. Un avance, porque había grandes dudas un mes atrás.
Las medidas también quitaron presión a los variados tipos de cambio, que, sorpresivamente como veremos más adelante, no se vieron afectados a la suba por los buenos resultados (para las reservas) por la venta de soja.
Pre-Massa | HOY | Variación | |
Tipos de cambio | |||
MEP | 323.2 | 300.8 | -6.9% |
CCL | 339.4 | 309.0 | -9.0% |
Blue | 326.0 | 288.0 | -11.7% |
Brechas | |||
MEP | 146.9% | 104.2% | -42.7 |
CCL | 159.3% | 109.7% | -49.5 |
Blue | 149.0% | 95.5% | -53.5 |
Merval ($) | 126,362 | 139,115 | 10.1% |
Aceptando con los dientes apretados las medidas de Massa, el Gobierno ganó calma, pero no se resolvió ninguno de los riesgos macroeconómicos, agravados por las mismas medidas del ministro que apuntan exclusivamente a brindar alivio en el cortísimo plazo.
Los buenos resultados para las reservas de la venta de soja
Septiembre tuvo una excepcionalidad especial, nunca ocurrió algo similar y fue la implementación de un tipo de cambio especial para los productores de soja. Se les creo un tipo de cambio de $200. específicamente elaborado para que el sector apure la liquidación de las divisas de la campaña actual.
Implementar un tipo de cambio especial para un sector tuvo un resultado positivo, que fue acumular anticipadamente divisas en un momento de extrema necesidad, pero también daños colaterales, efectos no deseados en el inmediato plazo y a futuro.
La decisión se tomó exclusivamente por el muy bajonivel de reservas en el Banco Central.
El bajo nivel es consecuencia de que en el primer semestre del año 2021 el BCRA acumuló más de U$S 6.400 millones en el mercado de cambios.
En el mismo período del año 2022 solo pudo comprar 71% menos, es decir U$S 1.846 millones. La totalidad de esas compras se consiguieron en la última semana del mes de junio porque se impidió la casi totalidad de las importaciones y aun así no se logró cumplir la meta de reservas del segundo trimestre.
La caída en la acumulación de divisas se debió a la mayor actividad económica y al incremento en los precios de importación de energía.
Hubo, además, una demanda exagerada de importaciones a causa de la brecha cambiaria y la seguridad de mayores y más profundas restricciones para pagar importaciones al tipo de cambio oficial.
Las reservas netas al terminar el primer semestre de este año estaban mucho más comprometidas que el del año anterior. La crisis de junio y julio de 2022 fueron decisivos para modificar por completo la visión del gobierno.
Entre julio y agosto el Banco Central tuvo que vender más de U$S 1.800 millones en el mercado de cambios oficial, algo muy negativo comparado con el 2021, cuando había comprado U$S 715 millones y también peor que el promedio durante el cepo anterior.
La situación extraordinaria demandaba medidas extraordinarias un cambio en la dinámica cambiaria para no incumplir la meta de reservas del tercer trimestre.
Las reservas netas medidas por el FMI no superaban los U$S 2.000 millones en julio y, en todo 2022 el Banco Central perdía reservas netas constantemente.
El acuerdo exige tener al 30/9/22 una acumulación anual de reservas netas de U$S 4.100 millones, una cifra muy elevada que demandaba aumentar las reservas netas en U$S 4.500 millones en septiembre.
Parecía imposible cumplir sin un giro total de las condiciones cambiarias de agosto, porque históricamente en septiembre se pierden más de U$S 150 millones en promedio desde la salida de la Convertibilidad hasta el 2021, al margen de aumentos sustanciales en períodos de cepo: U$S 800 millones en el cepo anterior y -U$S 1.000 millones en septiembre 2021.
Dada esta situación crítica, se creó el dólar soja 2.0, tras el fracaso del dólar soja anterior. El resultado fue exitoso: una acumulación de divisas sin precedentes para un septiembre de cualquier año.
El Banco Central compró U$S 6.600 M en el mercado de cambios al sector sojero
Se pagó $200 por cada dólar liquidado, se vendieron algunas divisas a los sectores más necesitados a $145 en promedio durante septiembre.
Comprar a un precio alto y vender más barato resultó en una acumulación de U$S 4.400 millones y algo más. Esta decisión implicó convalidar – solo puntualmente – un tipo de cambio de $ 230 por dólar, 60% más alto que el oficial promedio del mes.
El resultado de esta decisión tiene varios efectos:
- se compraron U$S 8.120,3 millones a un dólar promedio de $ 180 (venta de soja a $ 200 y otros productos $ 150)
- se generó un monto en pesos de $ 1,5 billones, que ni movió el precio de ningún dólar, los fondos quedaron en el sistema financiero,
- que la decisión de inventar un dólar soja en lugar de convalidar una devaluación discreta del dólar oficial muestra la convicción del Gobierno por no devaluar.
- Demostró que se puede y se debe acumular divisas en base a incentivos y no en base a penalidades.
- que el tipo de cambio real ya no es sostenible a mediano plazo, porque el tipo de cambio multilateral es un 28% menos competitivo que en diciembre 2019.
Por la compra de divisas en el sistema financiero quedaron depósitos por $ 16 millones, un aumento del 87% respecto un año atrás.
En dólares hay un 8,3% menos que un año atrás, los vendedores no compraron dólares.
Por eso el dólar bolsa pasó de $ 284 al 31 de agosto de 2022 a cotizar $ 300el 30 de septiembre, no hubo una compra masiva de dólares en el mercado. El paralelo bajó de $ 295 a $ 292, quedó claro que la venta de soja no impactó en nada.
Se ha iniciado una dinámica de múltiples tipos de cambio y cotizaciones diferenciales por sectores aún más complicado que el actual, sin que ello haya modificado la tensión cambiaria y la expectativa de devaluación implícita.
Luego de esta medida de emergencia ya no se puede volver atrás. Por lo tanto
- habrá que hacer un salto cambiario discreto del dólar oficial (devaluación) o
- ampliar aún más los tipos de cambio con un esquema de control de cambios de muy compleja administración, con diversas cotizaciones sectoriales.
Más tipos de cambio sectoriales iniciaría una puja distributiva que el gobierno no parece en condiciones de controlar. Por lo tanto, esta medida no es más que un régimen insostenible a mediano plazo pero que en el corto plazo le resulta útil al Gobierno para cumplir su principal objetivo: no devaluar.
Las medidas adoptadas por Massa han generado un alivio fiscal de corto plazo y en las reservas, con el régimen del dólar soja dando lugar a un adelantamiento de retenciones y reservas.
Efectos positivos en el corto plazo
En primer lugar, no se utilizará emisión monetaria por lo cual se cumplirá con la meta anual acordada de $765.000 millones y sobrarán otros $140.000 millones para emitir durante el año eleccionario. Antes de Massa- se esperaba que la emisión monetaria excediera lo acordado con el FMI para todo el año 2022 ya a finales de septiembre.
En segundo lugar, el ajuste en el modo de canje de deuda interna pública mejoró el cronograma de vencimientos del segundo semestre. Antes del canje, lo más probable parecía que las colocaciones de deuda de los últimos meses del año serían inferiores a los vencimientos y que habría que emitir pesos para financiar al gobierno.
El canje produjo una reducción de los vencimientos de deuda, la demanda de títulos públicos aumentó y las colocaciones de deuda son ahora equivalentes al triple del monto de vencimientos.
Por eso, en lugar de que el BCRA tenga que financiar con emisión monetaria el déficit fiscal primario y también los vencimientos que no se lograran refinanciar, post canje, hay fondos superiores a los vencimientos que permiten cubrir el déficit primario, y también acumular depósitos del Tesoro en el Banco Central.
Por otra parte
- el Tesoro volvió a colocar deuda en el mercado local por encima de vencimientos.
- se destrabó políticamente el tema de la segmentación tarifaria,
- el BCRA subió más rápido las tasas de interés (hoy los plazos fijos pagan un 6,5% efectivo mensual) y
- el Tesoro realizó un canje exitoso de deuda en pesos.
Pero, si bien se ha conseguido algo de alivio, en el cortísimo plazo no cambian el mal estado de la economía:
- el nivel de actividad permanece estancado (el EMAE creció 0% en julio 2022 versus junio 2022) y
- la inflación subió otro escalón y seguirá en septiembre aumentando su inercia y achicando la indexación de contratos.
- el ajuste fiscal y monetario no se termina de implementar y no hay acuerdos entre las facciones del gobierno
- la segmentación tarifaria se volvió a trabar,
- habrá más gasto en planes sociales, algo que puede ser complicado por las elecciones del 2023
- el BCRA sigue detrás de la inflación con la tasa de interés,
- los vencimientos de deuda en pesos de este año son manejables, pero hay una concentración fuerte en 2023, $ 2,7 billones en el primer trimestre y más de $ 3,5 en el segundo
- las expectativas de devaluación están. El éxito con la soja es parcial porque las reservas líquidas (sin tenencias de DEGS, ni oro) siguen en terreno negativo
- la tasa de inflación sube y seguirá subiendo. Siete meses con la inflación promedio en 6 / 7% mensual. Octubre será igual o superior.
- la primera semana de octubre se inició con alimentos cercanos al 10/16% algo que tiene poca explicación. El contexto internacional no tiene este problema. La emisión y descontrol del gasto hecha antes de Massa llevó a esto.
- cuando se acelera la inflación se recauda más, los salarios del sector público y las jubilaciones se atrasan. Si Massa no instala un plan de estabilización, este tema será un severo problema para él.
- el control de importaciones impulsa la inflación: sin dólares oficiales a 150 pesos para importar aumentan los precios internos
- este ritmo inflacionario tan alto impide acomodar el dólar oficial, las tarifas, la tasa de interés y los salarios generando expectativas de devaluación,
- el presupuesto contiene una falacia: se estima una inflación del 60% cuando todos los técnicos del gobierno saben que no será así. Con una tasa menor, subestiman los ingresos porque – en la vida real – se recauda mucho más IVA, impuesto a las ganancias y otros, El excedente puede ser distribuido a placer en un año electoral escapando al control del Congreso. Es un artilugio contable creado por los K hace unos años. De esa forma consiguen gobernar con más discrecionalidad para asignar fondos. Es una maniobra técnico jurídica para gobernar sin el Congreso.
- Siempre se señala esto a viva voz en el Congreso por la oposición, pero igual se aprueba el Presupuesto porque, aunque es ciencia ficción, siempre es mejor tenerlo. Y porque el gobierno siguiente hará lo mismo.
Cumplir las metas fiscales, monetarias y de reservas del Acuerdo con el FMI no garantiza evitar una devaluación ni tampoco bajar la inflación. Es un programa para evitar una crisis. Puede estabilizar la inflación en 90% anual, pero no mucho más.